domingo, 7 de noviembre de 2010

Metáforas caprichosas

<<...un correlato de metáforas sin sentido me persiguen cada noche a la hora de dormir, pero como no les hago caso se me agolpan en las sienes, desesperantes, malhumoradas e impacientes, y no me dejan descansar. Por la mañana, me recuerdan que siguen vivas con un lindo dolor de cabeza, y yo, una vez más (que sumo a las mil), les explico que no tienen cabida en mi futuro y que tienen prohibido el paso en mis escritos. Ellas, llorosas y cabizbajas me dan una tregua, y a mí se me parte el corazón de verlas así. Es por esa razón por la que en ocasiones muy puntuales les doy rienda suelta y les dejo dar pinceladas en narraciones imposibles que nunca serán escritas y siempre serán soñadas, en relatos rasgados en los jirones del viento de levante, en las historias que fluyen a borbotones por los caminos áridos de subida al volcán... A veces gritan rabiosas por interrupciones impertinentes que no le han dejado terminar su canción, y otras se despiden cansadas y son ellas las que se van a dormir dejándome en la estacada, varada en un acantilado y acompañada únicamente por un Thanatos con indigestión.
En fin, estas metáforas no son más que niñas caprichosas cuyo deseo es salir a la calle vestidas de cuartilla elegante, tinta fina y caligrafía impresa para que el mundo pueda admirarlas en todo su esplendor.>>

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