Esta entrada nace al
partir de la propuesta del Módulo 2 del curso on-line de Miriadax titulado:
Arte Latinoamericano con Énfasis Colombia (Universidad de Pereira). Decidí que a partir del enfoque:
religiosidad y escultura estudiar la Semana Santa en Popayán como expresión
barroca que se ha dilatado en el tiempo.
Soy Granada (España) y
he crecido asistiendo a las procesiones de Granada y Almería. Actualmente
resido en Sevilla y me es inevitable "huir" del espíritu
"semanasantero" que tiene esta ciudad tiene. En la misma medida tuve
la irrepetible oportunidad de visitar Popayán (por desgracia no en Semana
Santa) y conocer su Museo de la Semana Santa, intercambiar opiniones con
restauradores, imagineros y cargueros... y he de reconocer que ha sido una de
las experiencias más maravillosas de mi vida... me sentí en mi hogar.
Esta entrada se la
dedico a Diego Bernal Botero y a Alejandra Jojoa Tobar que me descubrieron
Popayán y sus secretos; y a Rafael Esquivias Ramírez que está haciendo que me
enamore de la Semana Santa Sevillana.
BREVE
REPASO HISTÓRICO DE POPAYÁN
Mapa del municipio de Popayán, Cauca (Colombia)
Popayán se fundó en 1536, desde sus
primeros años se convirtió en una ciudad muy importante debido a su posición
estratégica: era el camino obligatorio de descanso entre Lima y Quito en el sur
y Santa Fé de Bogotá. La riqueza de sus recursos también fue importante para convertir
la ciudad en un punto de avanzada importante durante el periodo colonial (URRESTE,
2008: 326-327).
Veamos las palabras de Vergara y Vergara, escritas a mediados del
siglo pasado (guardamos la ortografía original) (SEBASTIÁN):
"Popayán reunió pronto
en su seno un centenar de hidalgos que tenían pergaminos en España i minas de
oro en Barbacoas i en el Chocó, es decir, que habían visto i tocado la tierra
de promisión que Balboa entrevió, Pizarro orilló i Robledo soñó”
La gobernación de Popayán, creada en 1540, comprendía las
jurisdicciones de Popayán, Neiva, Cali, Timaná y todas las tierras conquistadas
por Belalcázar y sus tenientes, con excepción del territorio de Quito. Su
primitiva extensión fue de más de 30.000 leguas cuadradas. A causa de la guerra
sin cuartel que desencadenó la terrible tribu de los pijaos, el desarrollo económico
sólo llegó a realizarse en la segunda mitad del siglo XVII y en la primera del
XVIII; cuando fueron derrotados los agresivos indios, se hicieron posibles las
comunicaciones y la explotación de los recursos naturales de la extensa comarca(SEBASTIÁN).
La riqueza de la región tuvo un auge extraordinario a partir de
1690, cuando se descubren los primeros yacimientos de oro en el Chocó, los
cuales serán de propiedad de las principales familias de Popayán. Las fortunas
que se gestan en la explotación minera, agrícola y en la actividad comercial,
producirán excedentes que permitirán la construcción de un centro colonial y la
adquisición de valiosas obras de arte (JARAMILLO AGUDELO). Las viejas
explotaciones de La Plata, Mariquita y Pamplona fueron abandonadas por su
pobreza, centrándose la atención sobre el occidente de la Nueva Granada.
Aquellos empresarios payaneses unieron a su prestigio económico una destacada
posición política y social. El presidente de la Real Audiencia del Nuevo Reino
de Granada escribía en 1727 que "el oro que se saca del Chocó es parte de
los dueños de minas, que todos son vecinos de Popayán. Más de 30.000
pesos de oro fino se extraían al año en Almaguer. El quinto que pagó la
provincia de Popayán al rey, en 1778, alcanzó la suma de 18.070 castellanos. Los
señores de Popayán, movidos por la riqueza aurífera, introdujeron varios miles
de esclavos para el laboreo de las minas, llegando a ser esta empresa la
principal de las gentes payanesas, con lo que lograron una preponderancia en el
mundo colonial (SEBASTIÁN). Pero finalmente la liberación de los esclavos dio
al traste con esta economía tan lucrativa (SEBASTIÁN).
En resumen, desde su fundación, Popayán
fue un centro político-administrativo y religioso de gran importancia en la
región. Situación que, junto con su actividad económica, le permitió adquirir
trabajos artísticos provenientes de Quito y Europa y que se han convertido hoy
en el legado histórico de la ciudadanía. Este intercambio cultural entre las
regiones lo facilitó, desde un principio, la misma estructura de la
administración española ya que desde el punto de vista político-militar y
administrativo, Popayán dependía de Santa Fe, pero judicialmente perteneció a
la Audiencia de Quito (JARAMILLO AGUDELO).
CARACTERÍSTICAS
GENERALES DE LA IMAGINERÍA BARROCA EN LA NUEVA GRANADA: EL CASO DE POPAYÁN
Además de la religión y el idioma, los misioneros de la España
conquistadora, empezaron a trasladar cantidades de imágenes escultóricas y
pictóricas desde el continente europeo, siendo éstos sus mejores instrumentos
de catequesis. No eran fundamentalmente obras de arte, pero -en todo caso-
fueron eficaces en su misión; además de ser las iniciadoras y base del arte
occidental del nuevo continente. Eran épocas del alto Renacimiento durante las
cuales se traían copias, especialmente grabados, de las imágenes religiosas,
anotando que no estaban acompañadas por artistas reconocidos (Recopilatorio
Módulo 2: Arte Colonial a partir de Colombia).
La iconografía religiosa arribó con imágenes no solamente de
mármol sino de madera. Ejemplo de ello es la “Virgen de la Conquista”, hoy en
Bogotá, de taller sevillano; traída por Gonzalo Jiménez de Quesada como
"escultura de bulto redondo". Otra imagen andaluza que se tomó como modelo
de arte, es la “Virgen del Rosario”, la cual permanece en Popayán; lo mismo que
un descendimiento hecho por Vázquez: “el Viejo” en la ciudad de Tunja
(Recopilatorio Módulo 2: Arte Colonial a partir de Colombia).
Durante la segunda mitad del siglo XVIII la
Ilustración empezó a notarse y la cultura barroca, de inspiración hispánica,
con espíritu criollo, entró en decadencia. La nueva generación ilustrada superó
los intereses puramente estéticos del barroco, abriéndose al pensamiento
científico y político. Los últimos años del siglo XVIII son de gran auge
cultural, las nuevas ideas interesaron a varios círculos sociales, así que no
sólo en Santafé, en Popayán también surgió un gran foco espiritual, creado por
Félix de Restrepo, discípulo de Mutis y de Moreno, en el que se formaron Zea,
Caldas, etc. Aquí nos limitamos a la consideración de los valores puramente
artísticos, y en consecuencia afirmamos que la nueva tendencia neoclásica
encontró en la austeridad y mesura neogranadinas un terreno apropiado. En
Popayán, el punto de partida de la tendencia neoclásica lo señala el obispo
Velarde, que, en 1788, recibió el encargo de reconstruirla catedral, y para
ello pidió planos a la Academia de San Fernando. Luego, Marcelino Arroyo,
sacerdote payanes, parece haber dado ese aire de prestancia que tienen muchas
casas patricias de la ciudad. (SEBASTIÁN).
El barroco se caracteriza por su dinamismo y movilidad. Las cosas
se ven en movimiento, en proliferación y abundancia, de ahí su nombre. Un punto
interesante en el barroco criollo es el dorado, con el pan de oro, que consiste
en realizar la talla del altar ensamblando sus piezas y entrando en el proceso
de pulido y taponado de los poros de la madera, utilizando para ello lija y
cola, además de una capa fina de arcilla que sirve de base a la laminilla de
oro de 20 quilates, lámina delgada que se pega a la arcilla húmeda. En este
tema los indígenas eran versados por lo cual se les encomendaba la realización
de las tallas en madera, con influencia de las escuelas del sur como la de
Quito y la de Perú. Los mejores orfebres fueron inspirados por estas escuelas
(Recopilatorio Módulo 2: Arte Colonial a partir de Colombia).
La escultura en madera siguió también este proceso, dentro del
cual no se trabajó ni el bronce, ni el mármol, siendo un arte eminentemente
religioso con imágenes de bulto de las cuales vemos las quiteñas, como las de
Ibarra, donde se siguen las mismas técnicas por tradición. Las imágenes de
estas escuelas vienen de los talleres de Caspicara (nombre indígena de escultor
quiteño Manuel Chili), quien se especializó en los cristos caracterizados por
un enorme dramatismo en las imágenes, para proyectar un estado de conmoción o
misticismo y manierismo, con la intención de manipular el inconsciente
colectivo de los indígenas o nuevos cristianos (Recopilatorio Módulo 2: Arte
Colonial a partir de Colombia).
Las esculturas de Pedro Laboria se reconocían por una cierta gracia, representada en algunos rasgos melodramáticos y manieristas o cursis, como el caso de los niños dioses con expresiones en los rostros y vestimentas que reflejan el contexto de la época (Recopilatorio Módulo 2: Arte Colonial a partir de Colombia).
Las esculturas de Pedro Laboria se reconocían por una cierta gracia, representada en algunos rasgos melodramáticos y manieristas o cursis, como el caso de los niños dioses con expresiones en los rostros y vestimentas que reflejan el contexto de la época (Recopilatorio Módulo 2: Arte Colonial a partir de Colombia).
El más importante de este período fue Francisco de Legarda,
creador de las vírgenes bailadoras paradas en una media luna. La patrona de
Quito es una virgen bailadora (Recopilatorio Módulo 2: Arte Colonial a partir
de Colombia).
La iconografía de la Nueva Granada es importada por el sur, siendo especialmente significativa la técnica del encarnado, consistente en tomar la madera tallada y generarle la piel y las vestimentas utilizando el dorado, es decir, darle apariencia de piel, casi como se hace con el pan de oro. Esto se aplicaba a las manos, pies, rostros y brazos (Recopilatorio Módulo 2: Arte Colonial a partir de Colombia).
Se comienza a utilizar el vidrio para representar los ojos que, hasta el momento, formaban parte del mismo material de la talla de las esculturas. Como pretendían inspirar fervor religioso no se preocupaban de la belleza, pero utilizaron -para impresionar- joyas de plata y oro para lucir en los días de semana santa, las cuales guardaban en lugares especiales y eran donadas por familias de Popayán y Mompox, tradición española de las escuelas sevillanas (Recopilatorio Módulo 2: Arte Colonial a partir de Colombia).
La pintura y la escultura apenas tuvieron vida autónoma, así que la mayor parte de lo existente es "arte de aluvión", procedente en gran parte del emporio quiteño y de Europa. A Popayán no solamente llegaron cuadros quiteños en gran cantidad sino que algunos artistas de Quito se establecieron más o menos temporalmente en la ciudad. Varias tendencias de la pintura quiteña están representadas, y casi todos los lienzos corresponden al último cuarto del siglo XVIII. No ignoramos la presencia de una escuela local, formada por artistas payaneses que trabajaron en la Expedición Botánica, pero su obra nos es desconocida. Manuel José Xironza fue llamado por Mutis "el Maestro de Popayán", que estuvo trabajando durante cuatro años en la Expedición (1791-1796); quizá tenga alguna relación con los legos franciscanos fray Joaquín y fray Lorenzo Gironza, hábiles carpinteros payaneses que profesaron en 1779 y 1774 respectivamente. Nicolás José Tolosa estuvo en la Expedición de 1795 a 1799; José Antonio Zambrano, de 1796 a 1798; el pintor Valencia desertó al año de pertenecer a la Expedición (1796-1797); y, finalmente, Félix Tello intervino de 1792 a 1799; quizá estuviera emparentado con Pedro Tello, artista quiteño (SEBASTIÁN).
La iconografía de la Nueva Granada es importada por el sur, siendo especialmente significativa la técnica del encarnado, consistente en tomar la madera tallada y generarle la piel y las vestimentas utilizando el dorado, es decir, darle apariencia de piel, casi como se hace con el pan de oro. Esto se aplicaba a las manos, pies, rostros y brazos (Recopilatorio Módulo 2: Arte Colonial a partir de Colombia).
Se comienza a utilizar el vidrio para representar los ojos que, hasta el momento, formaban parte del mismo material de la talla de las esculturas. Como pretendían inspirar fervor religioso no se preocupaban de la belleza, pero utilizaron -para impresionar- joyas de plata y oro para lucir en los días de semana santa, las cuales guardaban en lugares especiales y eran donadas por familias de Popayán y Mompox, tradición española de las escuelas sevillanas (Recopilatorio Módulo 2: Arte Colonial a partir de Colombia).
La pintura y la escultura apenas tuvieron vida autónoma, así que la mayor parte de lo existente es "arte de aluvión", procedente en gran parte del emporio quiteño y de Europa. A Popayán no solamente llegaron cuadros quiteños en gran cantidad sino que algunos artistas de Quito se establecieron más o menos temporalmente en la ciudad. Varias tendencias de la pintura quiteña están representadas, y casi todos los lienzos corresponden al último cuarto del siglo XVIII. No ignoramos la presencia de una escuela local, formada por artistas payaneses que trabajaron en la Expedición Botánica, pero su obra nos es desconocida. Manuel José Xironza fue llamado por Mutis "el Maestro de Popayán", que estuvo trabajando durante cuatro años en la Expedición (1791-1796); quizá tenga alguna relación con los legos franciscanos fray Joaquín y fray Lorenzo Gironza, hábiles carpinteros payaneses que profesaron en 1779 y 1774 respectivamente. Nicolás José Tolosa estuvo en la Expedición de 1795 a 1799; José Antonio Zambrano, de 1796 a 1798; el pintor Valencia desertó al año de pertenecer a la Expedición (1796-1797); y, finalmente, Félix Tello intervino de 1792 a 1799; quizá estuviera emparentado con Pedro Tello, artista quiteño (SEBASTIÁN).
SEMANA SANTA EN POPAYÁN
Se cree que sus orígenes se remontan al año 1556 cuando fue traída
por los españoles como parte de su calendario de celebraciones católicas
(CUERVO). Con la conquista española llegó la evangelización y con ella las
fiestas religiosas en honor a los santos de la Iglesia. Una de esas expresiones
fue precisamente la de las procesiones en las que el clero reprodujo los
desfiles sacros realizados en España y que tuvieron gran acogida entre los
indígenas porque permitían visualizar lo sagrado a través de la imaginería (CUERVO).
Lo que para el creyente es una expresión pública de la fe, se
convertirá para las autoridades de la colonia en un modo de control, sujeción y
jerarquización. La procesión (de semana santa o de cualquier otra festividad),
estudiada desde el presente es la plasmación idealizada de cómo la sociedad ha
de estar organizada: el orden de los penitentes, quién juega cada rol, quién
ocupa cada alto cargo, dónde se hacen las paradas del paso, etc. Trasladado al
Popayán de tiempos de la colonia fue una manera de tratar de encajar en a esos
nuevos territorios conquistados en esa cuadrícula de la “procesión” que
implantó la administración colonial a través de su brazo religioso. Era la
manera más plástica de evangelizar, ordenar y sujetar.
Una de las primeras referencias a la celebración de la Semana
Santa en la capital caucana la hizo Juan de Castellanos en sus Elegías de varones ilustres de Indias,
cuando narró cómo en el año 1556 se planeó durante la Semana Santa una conspiración
de rebeldes peruanos que fue finalmente sofocada. En 1558 Felipe II suscribió
las cédulas reales que autorizaban las procesiones en Popayán. Sin embargo, la
tradición tiene un fuerte contenido oral ya que no se han encontrado descripciones
pormenorizadas de los siglos XVI y XVII, como si sucede a partir del siglo
XVIII (CUERVO).
Las procesiones de Semana Santa no han tenido una historia
estática. Inicialmente participaban únicamente personas humildes que se
encargaban de cargar las andas muy sencillas las imágenes traídas de España. No
obstante, las procesiones se fueron enriqueciendo debido a la prosperidad
económica de la Gobernación de Popayán, cuya economía se basaba en la minería.
De hecho, el sector minero impulsó la agricultura y el comercio y permitió a la
élite payanesa acceder a libros, pianos, obras de arte, mobiliario y objetos
suntuarios para sus casas e imágenes con piedras preciosas y adornos de oro y
plata, retablos, tallas, alhajas, coronas, adornos y piedras preciosas
destinados a templos, conventos y cofradías (CUERVO).
Así, el progreso económico llevó al aumento y enriquecimiento
artístico de los pasos, a la introducción de nuevos elementos en los desfiles
sacros y permitió la construcción de templos y capillas. Adicionalmente, se
hizo habitual que las personas adineradas dejaran en sus testamentos valiosos
tesoros y obras de arte a la Iglesia (CUERVO).
Por otra parte, es importante anotar que desde sus inicios, las
procesiones de Popayán han tenido una estricta organización, respetada por toda
la comunidad a lo largo de su historia. De ahí que esta tradición esté tan
arraigada en el sentimiento colectivo. Se sabe, por ejemplo, que el civismo y
el ornato se impusieron como norma para darle todo el realce a esta
celebración. De esta manera, una especie de decreto municipal, que reposa en el
Archivo Histórico de la Universidad del Cauca, ordena el enlucimiento de la
ciudad –pintar de blanco todas las fachadas por donde pasan las procesiones
(CUERVO).
Dicha disposición, que rige para la Semana Santa, tiene una
tradición de siglos, ya que el documento está fechado el 29 de marzo de 1675 y
estipula que todas las personas, vecinos y moradores, limpien cual la parte que
pertenece de la calle y el solar (CUERVO).
A pesar de los múltiples cambios de gobierno y de guerras civiles,
las tradiciones heredadas de la época colonial subsistieron y reglamentaron. La
realización de las procesiones ha estado en manos de los laicos, en quienes los
curas párrocos delegaron, a través de la figura de la sindicatura, el
mantenimiento, arreglo y cuidado de los pasos (CUERVO).
La institución de las procesiones se ha mantenido porque contra
todo lo que se cree, no es solamente una élite la que participa en ella. Debajo
de las andas no ha distingo social ni económico. El barrote es transmitido de
padres a hijos, bien sean descendientes de las familias tradicionales o de
ciudadanos anónimos. Igual sucede con quienes desempeñan labores en las
procesiones, como los síndicos, regidores y sahumadoras (CUERVO).
VÍDEOS PARA COMPARAR
Entrada del Cristo del Gran Poder 2012 (Sevilla, España)
Semana Santa Chiquita 2010 (Puente Genil, Córdoba, España)
Semana Santa 2010 - Vídeo realizado por el Instituto de Patrimonio Histórico de Andalucía (Alcalá la Real, Jaén, España)
Ejemplos
Cristo cautivo (Iglesia de San Francisco, Popayán) {Archivo personal}
Soldado romano, escultura de bulto redondo (creemos que la imagen es posterior al período que abordamos en el post) (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Jesús cautivo escoltado por soldado y judío, tallas de vestir (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Paso de la Semana Santa Chiquita, talla de Cristo yacente (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Nazareno con la cruz a cuestas (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Piedad de la Semana Santa Chiqita (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Soldado romano (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
La Virgen María y San Juan al pie de la cruz en el Calvario (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Jesús despojado con soldados azotadores (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Estructura de talla de vestir (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
(Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Sumo Sacerdote del Sanedrín, talla de vestir (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Soldado de la bofetada (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal}
Jesús cautivo escoltado por soldados, tallas de vestir (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
(Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Detalle de soldado con los ojos de vidrio (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Detalle de Jesús despojado (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
Peana repujada (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal}
Cristo resucitado (imagen de factura posterior al contenido de nuestro post) (Museo de la Semana Santa, Popayán) {Archivo personal} |
BIBLIOGRAFÍA
- Cuervo de Jaramillo, Elvira (Dir.) Semana Santa en Popayán. La procesión va por dentro. Web de la exposición temporal homónima. Bogotá: Museo Nacional de Colombia, 2003. [URL: http://www.museonacional.gov.co/sitio/popayan/popayan1.html (Última consulta: 29/XI/2013)].
- Jaramillo Agudelo, Dario “Nota introductoria” en la web de la Biblioteca Virtual – Biblioteca Luis Ángel Arango. [URL: (Última consulta: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/todaslasartes/religion/religion0.htm 29/XI/2013)].
- Sebastián, Santiago “El legado artístico de Popayán” en la web de la Biblioteca Virtual – Biblioteca Luis Ángel Arango. [URL: (Última consulta: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/todaslasartes/religion/religion1a.htm 29/XI/2013)].
- Urreste Campo, José Enrique, “Entre el tiempo y el espacio, o sobre plazas, campanas e iglesias en Popayán” en Lo urbano en su complejidad: una lectura desde América Latina. Quito: FLACSO - Sede Ecuador: Ministerio de Cultura del Ecuador. 2008. [URL: http://www.flacsoandes.org/biblio/shared/exist_view.php?bibid=108237©id=146371&tab=opac (Última consulta: 29/XI/2013)]
- Recopilatorio Módulo 2: Arte Colonial a partir de Colombia
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