lunes, 3 de septiembre de 2012

A propósito de Colombia

Allá donde las lágrimas no se deciden en qué océano pasar las vacaciones.
Allá donde el verde no es un color si no un estado del alma.
Allá donde vivir significa desviar la mirada, tragar suspiros y mojar los sueños en café.
Allá donde una no es nadie más que lo que se ve.
Allá donde las nubes son impacientes, gimen, gritan, lloran… como jóvenes malcriadas.
Allá donde las mujeres no saben quiénes son y los hombres no saben lo que quieren.
Allá donde las ballenas pasan el hastío soñando con no ser molestadas.
Allá donde quieres gritar pero es imposible por el temor de generar un conflicto internacional.
Allá donde el Paraíso es un insulto a la Naturaleza.
Allá donde las ciudades arrebatan la identidad de los turistas y los pueblitos se la devuelven.
Allá donde te sientes en casa pero todo te es desconocido.
Allá donde nada, absolutamente nada, carece de sentido pero es incomprensible.
Allá donde la soledad es el principio y el final de todo, pese a la multitud constante que te rodea.
Allá donde todo podía haber sido.
Allá donde todo llegó a su fin.



























No hay comentarios:

Publicar un comentario

.